Este domingo 30/10/2011 tuvo lugar la primera ruta del nuevo Grupo de Senderismo Claret, recorriendo el camino desde la Cruz de Tejeda hasta Artenara.
Nos reunimos en el aparcamiento de la sección de Tamaraceite a partir de las 08:30h, partiendo las guaguas a las 09:05h con 70 participantes. Llegamos a la Cruz de Tejeda aproximadamente una hora más tarde, entre una densa niebla y un pizquito de frío.
Iniciamos el camino ascendiendo la Montaña de Constantino (je, je, qué rampitas) en dirección a la Degollada de Las Palomas, donde maese Josepe nos deleitó con una impagable explicación de lo que es una degollada. Continuamos la ascensión hacia la Montaña de Moriscos acompañados en todo momento por la niebla, que nos estaba impidiendo disfrutar de las magníficas vistas de la Caldera de Tejeda. Pero por fin, poco antes de llegar a la Cruz de Moriscos, entre pinos y castaños, la niebla se dignó retirarse y empezamos a disfrutar del Sol y de las vistas (porque de la compañía ya estábamos disfrutando desde el inicio).
En la Cruz de Moriscos hicimos la primera parada con avituallamiento, prosiguiendo hacia las Cuevas de Caballero, importante conjunto arqueológico de nuestro patrimonio, donde recibimos además una pequeña explicación sobre el proceso formativo de la Caldera y, por ende, de la isla, junto con una identificación de los principales topónimos y lugares que teníamos a la vista. Continuamos entonces ruta hacia Artenara, sin prisa pero sin pausa. Y ya en la zona de la Montaña de Artenara disfrutamos de la segunda parada con avituallamiento.
Con el alma y el cuerpo repuestos retomamos el camino hacia nuestro destino, lamentando la baja por incidente ocular del que había sido nuestro guía hasta el momento, maese Damián. Llegados a las inmediaciones de Artenara, nos desviamos hacia la Ermita de la Virgen de la Cuevita descendiendo empinada escalera para presentarle nuestros respetos.Y por fin, tras unas 5 horas de ruta, llegamos al pueblo de Artenara, destino y fin de esta primera ruta.
Puedes ver la memoria gráfica de la ruta en este ENLACE.
El espectáculo es imponente. Todas aquellas negras murallas de la gran caldera, con sus crestas, que parecen almenas, con sus roques enhiestos, ofrecen el aspecto de una visión dantesca. No otra cosa pueden ser las calderas del Infierno que visitó el florentino. Es una tremenda conmoción de las entrañas de la tierra; parece todo una tempestad petrificada, pero una tempestad de fuego, de lava, más que de agua.
Miguel de Unamuno
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