El pasado 1 julio a las 8:30h, 38 amigos senderistas nos reuníamos en el aparcamiento del Colegio Claret en Tamaraceite para compartir coches, distribuir mochilas y disfrutar de la ilusión que teníamos al poder realizar el Desafío Teide, todo aderezado con un chocolate caliente cortesía de Joaquín Merchán y Pedro Batista.

A las 9:00h salimos rumbo a Agaete para embarcar hacia Tenerife. Después de un trayecto en barco movidito, que algunos afrontaron a base de biodraminas, llegamos a nuestro primer destino, el Refugio de Ucanca.

Descargamos, distribuimos el material, las generosas viandas del chef Josepe y aprovechamos para descansar unos minutos antes de realizar el sendero nº 3 del Parque Nacional. Un sendero fácil con grandes monumentos naturales que algunos inmortalizamos junto a la imagen que aparecía en los billetes de mil pesetas (qué recuerdos…..lo que cundían!!!). A la vuelta al refugio nos esperaban unas bebidas frías que nos reconfortaron tanto como nos sorprendieron (Paco, te queremos).

Por la noche, con la tripa caliente gracias a la riquísima sopa y ropavieja que nos esperaban, nos preparamos para observar con prismáticos (gracias Paco) la Luna, algunos planetas y nebulosas. Además, pudimos inmortalizar la Vía Láctea y un cielo estrellado con el Teide como protagonista y disfrutar de las explicaciones astronómicas de nuestro compañero Rafa Amador.

En el segundo día afrontamos la ascensión de los aproximadamente 1.200 metros de desnivel que separan el refugio de Ucanca del refugio a Altavista, ubicado a 3.260 metros. Un sendero largo y exigente aderezado con un fuerte sol constante que se sumaba a la falta de oxígeno debida a la altura y al peso de nuestras mochilas, cargadas de la ropa necesaria y la comida de la cena y el desayuno del día siguiente.

Teníamos muy presentes las indicaciones dadas: cabeza cubierta, hidratarnos continuamente, seguir un ritmo propio y disfrutar del paisaje. Con estas premisas todo es posible. Y así fue, fuimos llegando poco a poco pero llegamos TODOS. Los senderistas más rezagados llegaban al refugio entre los aplausos y vítores de los que estaban ya descansando y sabían de primera mano lo que costaba el trayecto.

Una jornada maratoniana para todos, en las que nos fuimos animando y apoyando unos a otros y en la que cada llegada al refugio era una pequeña victoria personal y una alegría para el grupo.

Al atardecer disfrutamos de la sombra del Teide señalando nuestra isla. Un espectáculo visual que disfrutamos mientras nos recuperábamos.

Cenamos unos macarrones con carne que compartimos con todos los demás usuarios del refugio, quienes tuvieron la suerte de degustar el buen hacer de nuestro chef.

El último día de nuestro viaje nos despertamos a las cuatro de la madrugada para realizar los últimos 500m de ascensión hasta la cumbre, a través de un sendero con una fuerte inclinación e iluminándonos con linternas. Desayunamos una reconstituyente natilla con galletas y canela preparada la noche anterior con el toque inconfundible de Josepe, y comenzamos bien abrigados e ilusionados el tramo final.

Iniciamos la marcha a las cinco para poder ver el amanecer en la cumbre y disfrutar del hermoso espectáculo de las vistas y los colores que teñían el cielo. Durante los primeros momentos del ascenso formábamos una fila de luces en la oscuridad y, poco a poco, el amanecer nos permitía vislumbrar el entorno a la vez que crecía la emoción y la meta se mostraba al alcance de la mano. A partir de ese momento ya no había cansancio ni mal de altura que nos hiciera desfallecer. Ni siquiera el desagradable olor a “huevos podridos” debido al azufre que emanaba por las chimeneas activas del volcán.

Y llegó el gran momento. Hicimos cumbre. Todos juntos, sin percances, felices y eufóricos. Un momento para compartir con alegría e inmortalizar en multitud de fotos, entre las que no podía faltar una con la bandera del colegio, rememorando las ascensiones que, en los años 80, un grupo de alumnos del colegio realizaron al Teide y cuya experiencia y conocimientos han querido compartir con nosotros organizando este Desafío Teide 2017 como integrantes de la Asociación de Antiguos Alumnos.

Disfrutamos de un amanecer limpio sin muchas nubes, contemplando al este la isla de Gran Canaria y al oeste la sombra del Teide que avanzaba sobre las islas de La Palma, La Gomera y El Hierro.

Allí, en lo más alto, recordamos que en 2011 comenzó la aventura de recorrer nuestra isla cada mes. Hemos realizado ya cincuenta salidas del Grupo de Senderismo Claret. Una iniciativa de un grupo de antiguos alumnos (Dani, Damian, Luis, Paco y Josepe), que ha crecido con el tiempo, que ha añadido nuevos integrantes y que ha permitido disfrutar de una actividad al aire libre en la que compartir amistad, diversión, generosidad, amor por la naturaleza y descubrir nuestra isla y sus paisajes.

Ya de regreso, tras el descenso en teleférico, fuimos recibidos por Paco que nos esperaba en la base con un barreño de bebidas frescas que agradecimos tanto como su incombustible alegría y buen humor.

Gracias al Grupo de Senderismo Claret por su esfuerzo, iniciativa, buen ánimo, generosidad y capacidad para integrar en el grupo a cualquier persona que se anima a participar en las caminatas y acampadas, así como por la excelente organización de todas las actividades y la seguridad que nos transmiten a quienes participamos de ellas.

¡A por otros cincuenta pateos más…..y a por el Desafío 2018!

Esta noticia se completa con la crónica escrita por los participantes junior de la expedición. ¡Muchas gracias, chic@s!. Puedes consultarla aquí.

Puedes ver la memoria gráfica de la expedición en estos enlaces:

• Dani Santana
• Paco Aguiar
• Toni León
• Eva Martínez
• Luis González
• Rafa Amador
• Vídeo Raquel García
• Alec Suárez
• Tomás Morales
• Ale Báez
• Teo Rosales
• Guillermo Rosales (360º)